26 de febrero de 2025
En las últimas semanas, WhatsApp ha revelado una alarmante campaña de ciberespionaje que ha comprometido la seguridad de aproximadamente 90 periodistas y activistas de derechos humanos en más de 20 países, incluyendo España. Esta operación maliciosa fue llevada a cabo utilizando 'Graphite' , un software espía desarrollado por la empresa israelí Paragon Solutions. Detalles del ataque La sofisticación de este ataque radica en su capacidad para infiltrarse en los dispositivos de las víctimas sin requerir interacción por parte de ellas, a través de lo que se conoce como un ataque de "cero clic". Se sospecha que los atacantes enviaron archivos PDF maliciosos o mensajes a través de grupos de chat en WhatsApp, permitiendo la instalación del spyware sin que los usuarios tuvieran que abrir o interactuar con el contenido. Respuesta de WhatsApp y acciones legales Al detectar la intrusión en diciembre de 2024, WhatsApp notificó inmediatamente a las personas afectadas, advirtiéndoles sobre la posible exposición de sus datos y recomendándoles medidas de seguridad, como cambiar de dispositivo. Además, la empresa envió una carta de "cese y desista" a Paragon Solutions, exigiendo el fin de estas actividades ilícitas y está considerando emprender acciones legales adicionales. Implicaciones y reacciones internacionales Este incidente ha generado una intensa discusión a nivel internacional sobre el uso de software espía por parte de entidades gubernamentales y privadas. En Italia, por ejemplo, se ha desatado un escándalo político debido a la posible implicación del gobierno en el uso de 'Graphite' para espiar a periodistas y activistas, lo que ha llevado a debates parlamentarios y protestas de la oposición. Paragon Solutions, fundada por el ex primer ministro israelí Ehud Barak y recientemente adquirida por el grupo inversor estadounidense AE Industrial Partners, se define como una empresa de "ciberdefensa" que ofrece soluciones "éticas" para la gestión y análisis de datos digitales. Sin embargo, este incidente pone en entredicho sus prácticas y ha suscitado críticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos y expertos en ciberseguridad. Este caso subraya la creciente amenaza que representan las empresas de software espía y la necesidad urgente de establecer regulaciones más estrictas para proteger la privacidad y los derechos de los individuos en todo el mundo.